Reforma Electoral
Enrique Yasser Pompeyo
A un mes de que comience el segundo año de la LXVI Legislatura de la Cámara de Diputados, se preparan los trabajos para desahogar las reformas enviadas por la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo.
Estas incluyen la ley de amparo, la de delincuencia organizada, la de salud, la de bienestar animal, la de extorsión, son más de 15; pero destaca la Reforma Electoral, para lo cual, anunció la creación de la Comisión Presidencial que encabezará Pablo Gómez Álvarez.
Al respecto, el presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila hace varios planteamientos.
Como se recordará, el país ha tenido varias reformas en la materia. En 1977 surgió la representación proporcional, lo que permitió garantizar el acceso de los partidos políticos al financiamiento público y a los medios de comunicación.
Durante los años 80 y 90 del siglo XX, varias reformas dieron forma al sistema que hoy se conoce: creación de un órgano constitucional autónomo para la organización, capacitación y fiscalización de las elecciones (IFE, ahora INE); creación de un órgano jurisdiccional especializado para calificar la legalidad y constitucionalidad de las elecciones (TRIFE, ahora TEPJF); ampliación de la representatividad, pasando de 64 a 128 senadurías; cláusula de gobernabilidad.
La reforma impulsada en 2007 y 2008 facultó al IFE como autoridad única encargada de distribuir y asignar los tiempos del estado para fines electorales, y reforzó las normas para preservar el principio de equidad e imparcialidad del servicio publico frente a los procesos electorales.
Para ello, se instituyó un procedimiento sancionador de carácter sumario, para conocer las violaciones a las reglas de las campañas electorales y se reforzó la fiscalización.
Con la reforma de 2014 se reconfiguraron las facultades y deberes de la autoridad electoral. El IFE se transformó en INE y a nivel local se crearon los OPLES. También se reconocieron las candidaturas independientes y se reguló la reelección legislativa. Cada una de estas reformas respondió a momentos de tensión o conflicto político.
Como se sabe, de manera reciente se aprobó la reforma constitucional propuesta por Claudia Sheinbaum para prohibir la reelección inmediata en cargos de elección popular y eliminar el nepotismo electoral, es decir, impedir que familiares directos de personas servidoras públicas mantengan el mismo cargo o intenten sucederlas en el corto plazo.
De acuerdo con la propuesta de reforma electoral de la presidenta, se busca garantizar mayor eficacia, reducir el gasto público y fortalecer la representación democrática.
Los ejes centrales son: eliminar diputaciones y senadurías plurinominales, para que todas y todos los representantes lleguen al Congreso por voto directo y tengan así mayor responsabilidad y cercanía con la ciudadanía; sustituir las listas cerradas y bloqueadas por una representación territorial directa basada en los resultados electorales; reducir el financiamiento público para partidos políticos; y mantener la autonomía del INE, pero se revisará su funcionamiento y presupuesto, pues lo consideran excesivo.
La comisión creada por el Ejecutivo federal, aseguran que será un espacio de análisis técnico, de escucha ciudadana, de debate amplio, pero también deberá ser un puente institucional con el Congreso de la Unión. Solo así, señalan, se podrá asegurar que el fruto de este esfuerzo se traduzca en una reforma robusta, legítima y sostenible.
De manera que se confía en que dicha comisión sabrá articular esa colaboración, tender los puentes necesarios y convocar a todas las voces, de manera que este proceso no se agote en una oficina ni en un grupo cerrado.
Ahora solo falta saber si se convocará a todos los partidos políticos y a las Cámaras del Congreso de la Unión. Lo ideal sería que la Reforma Electoral se apruebe por consenso y de manera democrática. Ya se verá.
enriquepompeyo@hotmail.com
Publicar comentario