* Este miércoles se manifestaron y demandaron liberar la Universidad y recuperar su autonomía
Redacción
Xalapa
En un desplegado, académicos y estudiantes señalan que el amor por la Universidad y la fuerza de sus convicciones los hicieron vencer el miedo.
«Nos hacen levantar la voz -tal vez temblorosa, pero firme- contra la imposición unilateral de un grupo que pretende prorrogar su estancia de manera ilegal, ilegítima e indigna de este magnánimo recinto».
Son claros al señalar: «Hablamos de un secuestro, compañeros. Un secuestro planeado por la Rectoría saliente y por una Junta de Gobierno cómplice y sin H, quienes pretenden privar a nuestra Universidad Veracruzana de su autonomía y su libertad».
Al respecto, indican que este grupo «ha
intentado torcer la ley para imponer un periodo más de incumplimiento y rezago,
disfrazándolo de continuidad».
Además, precisan que contrario a lo que pregona la campaña de desinformación
de la Rectoría saliente: los amparos siguen vivos.
«Los amparos están pendientes de
resolución; o como dicen mis amigos juristas expertos-a quienes la Rectoría
saliente, por cierto, se niega a escuchar-, están sub iudice».
Señalan que este intento de prórroga es una brutal afrenta.
«Es una afrenta por su ilegalidad y su maquinación perversa, que silenció a la
comunidad y anuló nuestro derecho a la auscultación y al debate de proyectos
universitarios. Es una afrenta para la sociedad veracruzana, que ve cómo se subejercen presupuestos, se devuelven millones de pesos -que significan becas
perdidas, equipos sin comprar e infraestructura abandonada-, mientras se
cobran cuotas y se rechazan estudiantes por falta de recursos».
También dicen que es una afrenta que 27 posgrados hayan perdido el reconocimiento nacional, «truncando los sueños y el futuro de cientos de jóvenes veracruzanos. Y podríamos seguir, pero hoy no estamos aquí solo para enumerar agravios».
Así enviaron un mensaje político contundente: «estamos organizados, venceremos el miedo y revocaremos la prórroga. Sabemos que expresarse públicamente en esta universidad tiene costos: represalias, exclusión, obstáculos. Sabemos que el silencio de muchos de nuestros compañeros no es consentimiento —mucho menos aprobación-, como pretende hacer creer el rector saliente. Es miedo. Miedo que emana de una maquinaria bien aceitada para el control, la vigilancia y la desconfianza. Un aparato con todo el poder para silenciar a la comunidad, por las buenas o por las malas».
Los académicos y estudiantes subrayan que son la prueba de que habrá movilización a pesar del miedo.
«Está documentado y lo saben en este edificio, que solo entre el 6 %y el 13 % de las personas que son víctimas de acoso laboral presentan una queja formal. Por eso, hoy nosotros somos el signo y la evidencia de un desacuerdo amplio y profundo. Hoy somos cientos, y
mañana seremos legión. Cada uno de nosotros es la punta de un iceberg de inconformidad y con esta resistencia pacífica, estamos desarticulando los mecanismos del miedo».
Por ello, señalan que el antídoto no es la resignación, sino la movilización.
«Esto apenas comienza. Ahora toca multiplicar nuestras voces en nuestras comunidades, en nuestras entidades.
Que retumbe en todo Veracruz.
Revocación inmediata de la prórroga ilegal. Disolución de la Junta de Gobierno cómplice. Emisión inmediata de la convocatoria para un nuevo rector.
¡La UV no se secuestra!
¡Liberemos a la Universidad!
¡Recuperemos su autonomía!
¡Lis de Veracruz: Arte, Ciencia, Luz!».



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