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Cuarto de Guerra

Raíz firme, fruto paciente

Por: Alejandro García Rueda

En el clima político actual, donde las críticas mediáticas buscan reducir la complejidad de un proyecto nacional a frases hechas, conviene detenernos y observar los hechos con perspectiva estratégica. La Cuarta Transformación ha demostrado no sólo su capacidad de resistir embates, sino también de construir una estructura institucional que acompaña sus ideales. ¿Es perfecta? No. Pero ignorar los avances sería una negligencia analítica.

En políticas públicas, los cambios ya son tangibles: el modelo IMSS-Bienestar ha ampliado el acceso a servicios médicos gratuitos en zonas históricamente olvidadas; las becas para jóvenes y adultos mayores no sólo han aliviado carencias, sino dignificado vidas; y el robustecimiento de programas como Sembrando Vida o el Banco del Bienestar son una muestra de que el Estado vuelve a hacerse presente. El impacto social es medible y visible. El acceso universal a programas como la pensión para adultos mayores, las becas Benito Juárez o los apoyos para personas con discapacidad ya no son promesas, sino políticas de Estado que marcarán a una generación completa. El mensaje es claro: el cambio no es solo discursivo, se materializa en derechos garantizados.

Sin embargo, la crítica frecuente –que Morena rehúye a la rendición de cuentas– se desmonta sola si se observa con seriedad el proceso reciente. La VIII Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional no fue un acto ceremonial, fue un parteaguas ético. En ella se reafirmó el rumbo, se delinearon tareas y se reconoció la necesidad de institucionalizar la transformación sin burocratizarla. No se trata de conservar el poder por el poder, sino de legitimarlo con trabajo, organización y conciencia.

La reunión con secretarias y secretarios generales estatales de Morena es más que una postal. Es una señal de escucha, articulación y ajuste fino. Diagnósticos compartidos, tareas delimitadas y compromiso colectivo. En Durango, por ejemplo, el arranque de la Escuela Municipalista pone en práctica el principio de gobernar desde abajo y con visión. Las reuniones seccionales en otros estados demuestran que el movimiento no pierde músculo territorial. Se está sembrando organización, y aunque los frutos no siempre son inmediatos, la semilla es buena y la tierra fértil.

A quienes afirman que la Cuarta Transformación ha perdido mística o ética, estos hechos les responden. El proyecto sigue vivo porque se está renovando desde adentro, ¿Con sus errores? Sí. ¿Con sus tensiones? también, pero con una brújula clara: transformar para dignificar.

Estos actos no solo son organizativos: son mensajes. Son formas de decir que Morena no le teme a la rendición de cuentas. Que sabe que sin ética no hay proyecto político que resista y trabaja para demostrarlo.

Ahora bien, hay una narrativa que quizá no tenga efectos tan profundos, pero vende y es la que buscan instalar hasta la náusea: que a Morena no le gusta rendir cuentas, que evade la autocrítica o que vive de un pasado reciente glorioso (y así lo reconocen). Esta narrativa se reproduce en medios, columnas y editoriales, casi siempre desde una burbuja distante al territorio, pero quienes recorren casa por casa lo saben: la gente distingue. En los encuentros directos, en los eventos masivos, en los comités seccionales, se palpa algo distinto. No se trata de idolatría ni de ingenuidad: se trata de confianza crítica. De ese vínculo vivo que solo se construye cara a cara, y que demuestra —abierta y francamente— que la Cuarta Transformación no es solo una propuesta de gobierno, sino una causa que miles siguen defendiendo como suya.

Y sí, la maduración de este movimiento requiere tiempo. Pero lo importante no es que todo esté resuelto, sino que el camino sigue abierto. Porque mientras haya quien crea, construya y critique desde dentro, Morena no será un partido más, sino una esperanza organizada.

Porque al final del día, rendir cuentas no es posar frente a un micrófono. Es seguir trabajando a la vista de todos. Y eso, Morena lo está haciendo.

DISCLAIMER: Las opiniones expresadas a continuación son de exclusiva responsabilidad del autor. Ningún cargo, puesto o función que desempeñe, ya sea actualmente o en el futuro, refleja necesariamente la posición de la institución, organización, dependencia o medio al que pertenece o en el que se publica este texto.

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